Hermosa canción con un sonido diferente y un hermoso mensaje que nos recuerda que nunca debemos olvidarnos de Dios, ya que el esta siempre para nosotros
Dejar un legado
… el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir… (Marcos 10:45).
Cuando un capataz murió en un accidente, el amor de este hombre por los demás generó una abrumadora sensación de pérdida. Como su iglesia no tenía espacio para tantas personas, se realizó el funeral en un edificio mucho más grande. ¡Los amigos y familiares llenaron el auditorio! Aquel hombre había tocado muchas vidas de manera singular. Muchos extrañarían su bondad, su sentido del humor y su entusiasmo por la vida.
Cuando regresé del funeral, pensé en la vida del rey Joram. ¡Qué contraste! Su breve reinado de terror se relata en 2 Crónicas 21. Para consolidar su poder, mató a sus propios hermanos y a otros líderes (v. 4). Después, guió a Judá a la idolatría. La Biblia señala que «murió sin que nadie lo lamentara» (v. 20). Joram pensó que la fuerza bruta garantizaría su legado, y así fue. Se lo recuerda como un hombre malvado y un líder egoísta.
Aunque Jesús también era Rey, llegó a la Tierra para servir. Mientras hacía el bien, soportó el odio de aquellos que anhelaban poder. Y este Siervo-Rey terminó entregando su vida.
Hoy, Jesús vive junto con su legado. Este legado incluye a aquellos que entienden que la vida no gira alrededor de ellos. La vida le pertenece a Jesús, quien anhela envolver con sus brazos fuertes y misericordiosos a todo el que acuda a Él.
Primero, regocijémonos en el nacimiento de nuestro Salvador. Celebramos el nacimiento del Hijo de Dios, el Creador, nuestro Mesías. Nos regocija que el Rey de reyes vino a la tierra, nació en un pesebre y vivió una vida perfecta. Cuando Jesús nació, el gozo en los cielos fue tan grande que no se pudo contener, las huestes angelicales partieron el velo y proclamaron a los pastores “nuevas de gran gozo… [alabando] a Dios y [diciendo]: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”
Los magos “se regocijaron con gran gozo. Y cuando… vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes”.
También es apropiado que nosotros; al igual que los magos, los pastores y los ángeles; tomemos tiempo para regocijarnos y celebrar ese glorioso primer día de Navidad.